Poemario "En torno a ti"

Este poemario llegó a mis manos como un regalo envuelto en la sonrisa y la generosidad de la Dra. Irene Dorta Suárez (@irenedortasu, hija de la autora: Rosa Gloria Suárez López de Vergara) y no puedo estarle más agradecida porque hacerle un obsequio así a alguien que ama la poesía, raya directamente la excelencia de lo inmaterial.

En cuanto se abre y se empiezan a desgranar sus hojas, te llegan las señales de la resaca que deja una catarsis de sentimientos pulcra y transparente, como esa «Agua» a la que está dedicada y llena su primera parte. Son páginas, tremendamente humanas, que nos van dejando un eco de sentidas melodías con sus ritmos, sus silencios y sus formas mientras ella, tranquila y pausadamente, nos lee la vida.

Destacan algunos poemas con un brillo especial cuya luz te produce ese cosquilleo que hace asomar unas lágrimas que acaban resbalando por los entresijos del alma y te los cala… Son lágrimas que nacen impregnadas en el sentir de la indecente luz de la injusticia, flotando sobre las crestas de espuma saladas y, como el viento que no se ve, pero sí se siente, te empuja a nadar en ese mar sin caminos que nunca da explicaciones… Y mientras pasas la página y antes de empezar el siguiente poema, puedes cerrar los ojos y escuchar las sonrisas de las olas calibrando el dolor que los protagonistas portan en sus temblorosas miradas.

A modo de reflexión personal, me duele reconocer que no todos a este lado son conscientes de la atrocidad que supone tener que decidir echarse a la mar en busca de una vida, para acabar encontrando el peor final… Y como si fueran estériles y vacuas, son muertes muchas veces insultadas desde la herramienta y el arma preferida de los débiles: el desprecio absoluto al RESPETO. ¡Y son ya tantas…!, que los ojos se nos acostumbran, los oídos se amortiguan al borde de la inconsciencia y las dinámicas de nuestras «afortunadas» vidas nos inducen y nos conducen, abrigados con la fuerza de nuestra ignorancia, a caminar siempre con prisa sobre la alfombra de una crueldad superlativa, desnudos de empatía... practicando el automático mirar para otro lado.

En su 2ª parte, «Pandemia y los que partieron» cargada de ese talento para transmitir la vida, despliega el mapa del cielo y ubica entre sus coordenadas todas esas pérdidas que nunca se olvidan y que aún laten tan dentro… Eriza la piel contemplar cómo evoca aquellos aplausos sanitarios… vivos y plenos de emoción y cómo estos mudaron a unos yertos, infectos de malas lenguas, mientras seguía matando la muerte… Eran ovaciones diarias por la vida que acabamos vistiendo de homenajes y que, después, con los consabidos pinceles cargados de maldad, terminaron teñidos de oscuro negro. ¡Tantas y tantas vidas que se fueron sin ser vividas…! Son pérdidas que no se olvidan y habitan nuestra memoria abatida…

Y la última parte, la autora dedica nada más y nada menos que al «Amor», sí… al amor, o lo que es lo mismo al resultado de multiplicar los granos de arena del todas las playas del mundo por el número de estrellas que del cielo cuelgan… El amor… ese poder sin límites… la libertad del querer, el poder del poder con todo, la capacidad de generar mil mundos desde los besos…
En definitiva, la creatividad que luce este Poemario nos entrega la llave de un refugio que abre las puertas para reparar esas heridas que nos deja marcadas la vida y aprender a vivir con sus cicatrices… Esas costuras que todos llevamos incrustadas como huellas envueltas en su particular belleza, por sus enseñanzas y por la experiencia adquirida entre las aulas del tiempo, y que cada día nos hablan de nuestra fortaleza.

Después de leer su obra, tengo la sensación de que, sin haber tenido el placer de habernos visto nunca, puedo llegar a conocerla a través de sus páginas que inspiran y respiran buena energía, al dejarnos sin temores una buena prueba de lo que es su vida entre la danza de unos versos en este proceso tan personal que es la Poesía. Construye así una colección de poemas pintados con su fuerza, su sentir y sus certezas, y se puede llegar a observar que detrás de su mirada hay mil historias envueltas en esa calma que cuesta tantas y tantas tormentas… Se sienta cómodamente en tus ojos y te ayuda a encontrar los colores perdidos llenos de latidos, regalándote un mar, una tierra, un sol y una vida que te abraza y se queda tu lado. Hace «sentir» emoción y eso solo lo consigue la poesía cuando pone a funcionar la filosofía de su magia.

*NOTA 1— Al hilo del tema de la primera parte dedicada al agua, me parece imprescindible y necesario, por oportuna y adecuada, escuchar esta canción: La línea Rozalén

*NOTA 2 — La recaudación por la venta del poemario, la autora la dona a la Fundación Sonsoles Soriano

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