Irene Montero, la ESTRELLA que nunca caerá del cielo

 «El machismo es el miedo de los hombres a las mujeres sin miedo» (Eduardo Galeano)


De mirada limpia y palabra fluida y enérgicamente activa, luchadora incansable y crecimiento imparable ni con mil vetos adscritos a la cercanía política de alguien que debería si no besar, sí valorar el suelo que ella pisa. Comprometida, fuerte, valiente, transparente, de talento gigante y talante brillante, empeñada en que vivamos sin miedo, sin techos, sin topes... rotunda defensora de la libertad...

Decía Emily Dickinson que «Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos en pie» y la talla de Irene Montero iba superando expectativas cada día a la par que encendía las alarmas de las personas oblicuas que no querían comprender que con ella llegaba el cambio de verdad, una inmensa y siempre viva marea de derechos, que se abrían cerraduras oxidadas, que caían las barreras, que se podían cambiar muchas cosas que nos oprimían, que el silencio nunca nos protegió, que, amemos a quien amemos, podemos dejar de soñar nuestra vida y vivirla de verdad en libertad, que podemos tener todo el poder... sobre nosotras mismas, que para avanzar juntas y en igualdad ninguna persona puede quedarse atrás atascada entre inmensas y amenazantes rocas que pretenden arrasar nuestras vidas y teñirlas al blanco y negro, o escondida tras muros fabricados con prejuicios, insultos, envidias, tradiciones y otros millones de excusas para mí impensables... 


Ella, nos ha enseñado a manejar y asimilar palabras como “consentimiento”, “sororidad”, “superación” y “dignidad”, palabras que muchas de ellas creían -y por desgracia creen- sin significado ni acceso, y nos dijo que el sometimiento no tiene cabida, que ya no se debe estar siempre en segundo plano, que el progreso —como dijo Karl Marx— sería imposible sin la figura femenina, que las «puertas violetas»(*) las abriremos por más obstáculos que les pongan, que no somos mitades de nada ni de nadie sino mujeres... personas completas, que se puede superar la histórica vergüenza de ocultarnos, y ahora sabemos también por ella que si un día alguien consiguiera derribar la luna y hacerla caer... todas estaremos allí para recogerla... que somos luz por mucho que nos quieran pintar sombras... que se puede luchar por la convivencia pacífica y en igualdad en lo que hoy es aún una selva.

Como Ministra, nos ha puesto en la cima de los avances de los derechos y desde fuera, internacionalmente, así lo reconocen, pero España... España es otra cosa, porque aquí los cromosomas marcan las diferencias, aquí se ocultan tras los chistes, tras la tradición y las costumbres rancias con olor a naftalina, y cuando nos niegan, nos rechazan y nos contradicen, envuelven sus argumentos en un papel tan falso y sucio como obsoleto con el logotipo o la marca de “ideología”... porque no entienden —o no quieren entender— que el Feminismo es, por definición, el "principio de igualdad de derechos entre la mujer y el hombre" que somos personas igual que los hombres... Pero nada, que no hay manera de atajar tanto empecinado discurso patriarcal y pretérito, ni ablandar esa sesera para que pueda entrar el más mínimo destello de claridad en su petulante y engreída ceguera, y siguen negando por activa y por pasiva la existencia de la más mínima referencia a la desigualdad existente, y una tiene que seguir oyendo frases como:

“El feminismo es el machismo al revés”. “No soy feminista, soy femenina”. “Yo soy feminista porque ayudo en casa”, “Las feministas son muy agresivas” “No son feministas, son feminazis”, “El feminismo es una moda”.  “¿El 8 de marzo? ¿Y para cuándo un día del hombre?”. “Cuando las mujeres dicen NO quieren decir Sí”. “La violencia no tiene género. También hay mujeres que pegan y asesinan”. “Pero cómo voy a ser machista si me he criado entre mujeres”. “Las feministas son lesbianas resentidas”.“Pero ya no se puede hacer ni un chiste". “Los hombres también sufren violencia de género”. “Ni machismo ni feminismo, no me gustan los extremos” y... por desgracia, un largo etc.

Cualquiera puede ver que Irene Montero, a fecha de hoy aún Ministra de Igualdad, ha debido levantar a base de bien las alfombras y ha agitado la dominante tranquilidad machista que imperaba porque las maniobras para denostar, degradar, despreciar y tratar de hundir y denigrar su persona y su trabajo están siendo más que feroces, crueles y enfurecidas, y contando asimismo con la connivencia de la mayor parte de medios de comunicación que, de manera casi constante, persistente y grave, siguen y persiguen desmentir su voz, deformar su esfera de poder, arrancarle la libertad de su sí y de su no y borrarla de la Historia.

Pero ella, a quien incansablemente han fusilado con mentiras, injurias, insultos, y sobre cuya persona vuelan a diario cuchillos de odio y han levantado vientos y océanos negros de terribles pleamares, ella... alza los hombros, vigoriza sus ojos, eleva su mirada y se levanta... una y otra vez, y otra, repara su bomba de energía morada por los cuatro puntos cardinales y la pone a trabajar a toda máquina una vez más, y aunque por enésima vez vuelvan a atacarle por la espalda tratando de abatirla, sus palabras siempre se quedan bailando en la luz como diamantes puros y eso aún les da más rabia... Creo que fue Eleanor Roosevelt quien dijo: «Una mujer es como una bolsita de té. Nunca se sabe lo fuerte que es hasta que se mete en el agua caliente» y a Irene Montero la han mantenido en perpetua ebullición desde que llegó, sin tregua, sin compasión, sin piedad y sin pausa...

Así que, cuando se calmen las olas que ahora despiadada y obsesivamente azotan su acantilado, ese mar... «su mar...»(**) volverá a canalizar su dolor y a reconvertirlo en esa fuerza suya que destila talento y valía, y truncará esta maldita tempestad, calmará sus aguas y volverá a mecernos al ritmo de sus olas, y por ese océano limpio navegaremos otra vez... SIEMPRE de su mano, sí, y otra vez con todo su brillo, su generosidad y su fortaleza... Espero verla formar parte de la renacida y reconstruida cabeza de un inalienable y único PODEMOS, como el de su origen, sin injerencias, sin sumas, ni vetos, ni restas... Porque esta ESTRELLA nunca caerá del cielo, porque es “nuestra estrella” y aunque ahora la cubran algunos nubarrones oscuros, pronto volverá a brillar en todo lo alto, como el astro guía que es... y yo lo he de ver...

(*) Gracias siempre Rozalén, por «la puerta violeta» y por todas las demás. Quien no conoce tus canciones, no sabe lo que se pierde...

(**) “Su mar” me ha parecido llamativa y curiosa la asonancia auditiva nacida del juego de las palabras con el ahora partido verdugo de la Ministra de Igualdad, Irene Montero.






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