20 años desde que te fuiste (A mi Ama)


*Poema dedicado a mi Ama (mi madre) hoy 16 de diciembre de 2019, porque ella falleció (oficialmente) este mismo día en 1999… hoy hace… 20 años…

20 años desde que aquella maldita noche alzaste el vuelo…
Todo se hizo nada… y nada pudo detener mi huida hacia tus recuerdos…
y cómo duele aún la cicatriz de aquel navajazo de tu súbito deceso
por el que se me empezó a desangrar la vida…
aquella verdad insoportable me mordió el alma
y se me clavó en los huesos…
 
20 años y ni un solo día han faltado la seda de tus dedos,
el rumor de tu llanto o el aroma de tu esencia en mi cerebro…
Me sumerjo en un mar de imágenes de mi infancia contigo,
de uniformes, deberes, horarios, y aulas con privilegio
en aquel Bilbao de mi alma en el que me alumbraste el cielo...
donde desperté a la vida y se forjaron mis sueños…
aún distingo aquel rumor del suelo mojado cuando maullaba la lluvia
y tú me abrigabas para ir al colegio...
y cada día me enseñabas que hay vida después de los tropiezos…
20 años… y me sigue doliendo tu sonrisa hipotecada al miedo…
Confieso que hay días que necesité morir al entender cuánto te quiero…
pero… son todos estos años los que no me dejan deletrear tus besos…
 
20 años que me miran las arrugas decretadas por los abriles que se fueron…
No, no pasa un solo día sin registrar la voz de tu sabio verbo,
el calor de tus caricias o el sabor degustado del poso
de tu forma de quererme sin fronteras, sin excusas… sin prisas ni pausas…
a pesar de las avalanchas viperinas de juicios perversos.
Pero luego se me desgarra la pena y se me encienden las llamas…
y me sangran los vértices de tu vida y su metáfora
cuando observo tu imagen portando la muerte oculta entre tus ansias…
y el silencio vuelve a devolverme tus palabras mudas…
 
20 años desde aquella llamada del "no puede ser"
de tantas lágrimas tras aquel cristal… y ¡no estabas dormida…!
Me asaltan arrebatos fieros e indómitos
de desnudar de un zarpazo a tu dios de cruces y mariposas negras…
y busco el antídoto de la calma adentrándome en tus ojos…
y hasta puedo sentir el tacto de tu ternura sobre la hiel de mis caídas…
Aquella noche aprendí que cuando la muerte mira de frente… se detiene el universo….
¡He aprendido tanto en todos estos años, Ama…!
Vivir sin tu luz me ha enseñado a palpar y a leer las sombras,
he aprendido que las estrellas… también son para mí…
y que puedo vivir sin miedo a mirarlas sin quejidos ni lamentos…
he aprendido a bañarme en poesía cuando el mundo me araña el alma…
y… cuando siento el álgido frío de tu vacío…
evoco tu rostro en mi memoria, te miro, te sonrío… y te digo que te quiero…
Sé que estás conmigo cuando desayuno contemplando el vaivén del mar
y el apuro de unas velas nerviosas por henchirse buscando el puerto…
Te siento a mi lado cuando la luz del día se desvanece
y la noche asalta mis sueños…
Sé que estás conmigo cuando viajo por mis tempestades
esquivando duendes y espectros…
y en cada lágrima que se empeña en brotar sin pasaporte y sin freno...
 
20 años ya… y no me salen las cuentas…
siempre me sobran tormentas… de nieve y de fuego…
y tengo la sensación de que ha enloquecido el tiempo...
tan pronto parece que fue ayer…
como se extiende inextinguiblemente extenso
20 años se cumplen hoy…
y tú decías que en 15 días te olvidaría... 
y yo... cada día te sigo echando más de menos...
y cuando me encierro en mis heridas y no encuentro la salida...
te dibujo en mi cabeza, te miro, te sonrío... y te digo que te quiero…
20 años ya.... Ama... siempre seguirás viviendo en mí…
y aunque estés descansando para siempre en la paz de tu cielo...
yo seguiré cada día de mi vida abrigándome con tu recuerdo...

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