Manu Póstumo (Lectura en Cementerio)




***Lectura realizada por Conchi (esposa de mi hermano) en el acto que ha tenido lugar hoy Sábado 07-11-15 en el Cementerio de Nájera, organizado con el fin de depositar las cenizas de Manu en el Panteón familiar junto a nuestra Ama. ***


Manu… Hoy, tu mujer y tus hijos, tus hermanos, tíos, primos,  amigos, compañeros... todos lo que estamos aquí y los que aún sin estar nos acompañan aunque se hallen lejos, nos hemos unido para crear una corriente de magia en la que, el amor que a ti nos une..., no sea tan sólo uno de sus trucos...

Pero, que queramos recrearnos en ese ilusionismo no implica que vayamos a engañarnos, de ningún modo… así que no lo hacemos y sabemos y reconocemos que sí… que la muerte es triste... muy triste… aunque la vistamos de seda y flores o algodones y tules. Estos días nos han enseñado que un millón de palabras no pueden conseguir que vuelvas... por más que escribamos, imploremos o digamos… y lo sabemos porque… lo hemos intentado; tampoco un millón de lágrimas pueden rozar siquiera el milagro… y también  lo sabemos porque hemos llorado casi hasta secarnos… o tal vez casi hasta cegarnos como para no ver que te fuiste… tan dolorosamente temprano. Tu muerte nos deja un pesar que nadie podrá sanar, pero el amor que hacia ti sentimos y que hoy nos trae aquí… nos deja el brillo de un recuerdo que nadie nunca nos podrá robar.

Manu… Hemos tenido la suerte de poder despedirnos de ti entregándonos y sintiendo en nuestros abrazos contigo… esa música íntima y tranquila que rompe los muros que las palabras jamás podrían romper y que hacen que el mundo se desangre en flores de colores cuando sabe que en medio hay dos corazones queriéndose… sin ambages… En esos abrazos… en ese cariño cálido, también seguíamos, como siempre, jugando a la magia de la vida… haciéndole esta vez el truco de robarle el tiempo a la muerte… y los alargábamos... y los estrechábamos… sintiéndolos desde lo más profundo… de cero a cien… y de cien a infinito… hasta hacerlos nuestros quedándonos con ellos para siempre y, al separarnos… nos los llevamos puestos arropándonos el corazón helado por el dolor de saberte sufriendo aquellas fieras embestidas.  Esas evocaciones de nuestros abrazos y todos esos recuerdos selectos de ayer… durarán toda la vida… porque hay recuerdos que el tiempo jamás borrará de nuestra memoria… y, haciendo uso de otro prodigioso truco y aprovechando esta magia aquí engendrada, lograremos que, contrariamente a lo preconcebido, esos recuerdos no sean nunca más esencialmente una clave para el pasado… sino para el futuro… ¡Así es la magia de la vida…!

Manu… dicen que la vida es demasiado corta para aprender a vivir…. Pero tú… viviste en voz alta…, con satisfacción, con valentía en la enfermedad y en la suerte, con perseverancia, con coraje…, con corazón, ímpetu y decisión… casi como generando una de esas leyendas… de las que gusta escuchar… bien narradas… Fuiste siempre fiel amigo de tus amigos… convirtiendo en fortaleza las debilidades… Cada día con la enfermería por bandera extendiendo ese manto profesional desde el esfuerzo de su ejercicio hasta el compañerismo más inteligentemente activo, padre… esposo… hijo, hermano… nos has abierto a todos el libro de los ejemplos de cómo luchar ante un cáncer que a ti te invadió fulminantemente por dentro y a todos nos asaltó la vida como un cuatrero desvalijándonos el tiempo… agitando nuestros sentimientos desde la inquietud… hasta el desasosiego, desde la angustia hasta el estremecimiento…, desde la incredulidad hasta este sufrido llanto terco... y tú luchando y luchando sin rendirte en ningún momento… derrochando valor, exhibiendo esa entereza que asombra y conmueve… remontando adversidades y apagando fuegos… mirando de frente a la muerte como llamándola en voz bajita… “¡pesada!” pero sin despreciarla… porque sabías que formaba parte de lo establecido.   ¡Qué injusta es a veces la vida, Manu…! que cuando parecía que tenías ya las respuestas de la vida, el destino se empeñó en cambiarte las preguntas… y nos puso un arsenal de dificultades para impedir que pudieras presentarte al examen…

Al final… te fuiste en paz… y cumpliendo tus deseos, desde el pasado Miércoles parte de tus cenizas afinan ya sus voces para que el Cantábrico de Bakio y Gaztelugatxe cante tus nuevas olas bajo ese bendito cielo vasco… y hoy, y asimismo en nombre de tu voluntad, depositamos aquí el resto de tus cenizas, junto a tu Ama… Sería bonito haber dejado para el final el mejor de los trucos y poder volver a veros ahora juntos… ambos tan sonrientes como abrazados en ese infinito mágico donde llorar no duele… pero… ¡la varita se ha debido quedar sin batería…! y lo único que nos permite para terminar es conseguir que el presente sea el vértice en el que las coordenadas del tiempo coincidan con tu eternidad… que como  truco final…. Tampoco está tan mal…  Cerramos pues aquí esta improvisada sucursal de magia… magia que... hemos podido hacer porque… no sabíamos que era imposible…
Hasta siempre Manu. Descansa en Paz.

 * Publicado en facebook

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